Hace mucho tiempo una hermosa joven mazahua de Temascaltepec (Valle de Bravo) se enamoró de un hombre con quien planeaba contraer nupcias por la iglesia y realizar una ceremonia.
Él tenía una amiga desde la infancia que estaba enamorada de él, sentía celos y envidia por la joven indígena. Tanto era su coraje y desprecio que trataba por todos los medios de ridiculizarla y desprestigiarla ante los ojos de su enamorado el cual nunca prestó atención a los reproches y comentarios que ella hacía.
La noche previa a la boda su amiga, trato de impedir la boda y le dio a beber una pócima que lo adormeció y aprovechando su inconciencia se metió a la cama con él. A la mañana siguiente, la novia se quedó en el altar esperando inútilmente la llegada de su amado, fue a buscarlo y lo encontro aún en los brazos de la otra mujer.
Desilusionada y herida, corrió enajenada hacia las afueras del poblado y llegando a la cascada de Tenantongo se tiró al vacío, atorándosele el velo en una rocosidad y dándole una trágica muerte por los fulminantes 12 metros de la caída.
Horas después, el novio llegó al lugar y al retirar el velo atorado de la roca, se desprendieron lagrimas que provocaron que se anchara el cauce del agua formando una apariencia de tul.
Varios días permaneció el hombre llorando y en un momento de culpa, desesperación y locura se arrancó el corazón lanzándolo al vacío.