El nombre común “cempasúchil” procede de la palabra en náhuatl cempohualxochitl (del nahua cempoalli, veinte, y xóchitl, flor), que significa “veinte flor” o “flor de 20 pétalos” mejor conocida como “flor de muertos”.
Quizá no sepas mucho acerca de esta flor, pero si bien es cierto, hay mucho más allá que su uso común para adornar nuestras ofrendas en el día de muertos, marcando el camino al más allá.
La leyenda sobre la creación de esta flor cuenta que Xóchitl y Huitzilin, pasaban los días juntos y con el paso de los años se enamoraron. Acostumbraban a subir las montañas todos los días poco antes de caer la noche para llevarle flores al dios del Sol, Tonatiuh, y atestiguara su promesa de amor eterno.
Jamás se habían separado hasta que una batalla hizo que Huitzilin se fuera lejos de su amada; él nunca regresó y Xóchitl, desolada por su perdida, fue a pedirle a Tonatiuh estar junto a su amado. El dios, agradecido por todas las ofrendas que ellos le habían hecho durante años y le concedió su deseo.
Sobre la Xóchitl cayeron resplandecientes rayos del Sol y se transformó en una hermosa flor de color destellante. Minutos después un colibrí se posó sobre ella, era Huitzilin. Él rozó sus pétalos con su pico, se abrieron y liberaron un perfume delicioso.
Fue así como pudieron volver a estar juntos.

Los estados en los que abunda esta flor son :
- Morelos
- Aguascalientes
- Oaxaca
- Sinaloa
- Chiapas
- Puebla
- Jalisco
- San Luis Potosí
- Tlaxcala
- Veracruz
Su uso no es solo en adorno, desde la era prehispánica se usaba de forma medicinal, para problemas del estómago, dolores menstruales, malestares respiratorios, complicaciones hepáticas, afecciones en la piel y dificultades de la vista.
Sin duda alguna hay muchas más cosas que debemos saber acerca de esta flor, que año con año viste de su hermoso color los primeros días de noviembre, a causa de una de las tradiciones de México que es conocida y adorada internacionalmente, el día de muertos.